domingo, marzo 02, 2008

Los resquicios oscuros de la historia...

Leyendo la sección Babelia de EL PAÍS, 01/03/2008, me topé con una historia que siempre escuché pero nunca había contado con datos que me llevaran a comprender ciertas cuestiones, por no decir miles de aristas del régimen de la dictadura de Franco, me refiero a los marroquíes que lucharon en las filas del llamado"bando nacional", pues bien el realizador melillense Driss Deiback, narra en un documental la historia de los "moros" de Franco utilizados en la cruzada nacional.

Algunos comentarios del artículo referido...me parecen impactantes...los marroquíes fueron reclutados para servirse brutalmente de ellos, una vez finalizado "su trabajo" fueron devueltos a su país de origen sin contemplaciones ni reconocimientos de ningún tipo, el régimen franquista no tuvo ni el más mínimo miramiento con ello...al final eran mercenarios sin más, utilizados cruelmente para realizar acciones deplorables, como en cualquier guerra sea la que sea, y más si esta ha sido una guerra entre españoles, hoy día cuando se aviva y alienta permanentemente la crispación política, bueno sería releer por parte de algunos "botarates políticos" nuestra historia reciente..sabemos que hablar de nuestra "guerra civil" es hablar de "antesdeayer"...menos mal que el conjunto del pueblo español es más maduro y actúa con una lógica aplastante, su madurez política y su intuición nos conduce a ese famoso conocido dicho "el pueblo es sabio", yo añadiría otros dos términos, "libre y soberano"...por eso, tras cada resultado electoral envía un mensaje nítido al gobierno de turno, y por ello o bien le renueva el mandato o le da vacaciones por un tiempo...

Transcripción de párrafos del artículo....

Autor: Tomás Bárbulo.

Durante los tres años que duró la contienda, participaron en todos los frentes de batalla y dejaron un recuerdo terrible de asaltos a sangre y fuego, saqueos (tenían derecho al pillaje), violaciones y matanzas. Tampoco ellos salieron bien librados. A los 20.000 que murieron en combate hay que sumarles los que fallecieron de enfermedades y los mutilados. Cuando terminó la guerra, los que quedaban vivos fueron licenciados y repatriados sin contemplaciones.....

Los militares facciosos reclutaron a los marroquíes a través de la red de caídes amigos que el Ejército de África había tejido durante los años anteriores. El reclamo era económico: una paga que rondaba las 180 pesetas al mes, con dos meses de anticipo, y cuatro kilos de azúcar, una lata de aceite y tantos panes como hijos tuviera la familia del alistado. Empujadas por el hambre, miles de familias enviaron a sus hijos al matadero.....

Alentados por los oficiales, se aplicaron a la tarea con la misma brutalidad que habían aprendido pocos años antes luchando contra los españoles en las guerras de África: destripamientos, decapitaciones y mutilaciones de orejas, narices y testículos. Los generales aventaban su fama de salvajes. Desde la radio de Sevilla, Queipo de Llano prometía a los "milicianos castrados" que sus mujeres pronto conocerían la virilidad a manos de aquellas tropas......


El papel desempeñado por los soldados marroquíes en la Guerra Civil quedó grabado al rojo en el imaginario español. Retratados como salvajes por los republicanos y despreciados como "moros amigos" por los franquistas, la opinión pública no ha logrado desprenderse de los viejos clichés, aun después de treinta años de democracia.....

Pero hay una pregunta que el documental de Driss Deiback no formula: ¿existe en Marruecos un sentimiento inverso al odio al moro? El escritor Carlos Lencero vivió durante varios años en el Rif. Su anfitrión era un hombre mayor que había luchado en la guerra de España. Un día, Lencero le hizo notar la aparente contradicción que suponía haberse batido contra Franco en Marruecos para luego ir a pelear junto a él en España. El anciano levantó las cejas con sorpresa: "¿Por qué le extraña?", dijo. "Nosotros siempre hicimos lo mismo: matar españoles".

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